El río Manso se origina en el sudoeste de Argentina en las laderas del cerro Tronador. A lo largo de más de 100 Km. de recorrido dentro del Parque y Reserva Nacional Argentino Nahuel Huapi, desaparece en varios lagos para volver a aparecer a continuación de estos, encadenando todo el sistema lacustre al sur del Lago Mascardi. Además, de este lago, pasa por los lagos Los Moscos, Hess y Steffen y después de recibir las aguas del río Villegas tuerce hacia el Oeste, cruza el límite internacional por la quebrada del Paso El León y en las proximidades del pueblo de El Manso, ingresa al territorio chileno. En este sector el río Manso corre en dirección suroeste hasta su confluencia con el Río Torrentoso o de Los Morros, que desagua al Lago Vidal Gormaz. Desde este punto el río Manso corre en dirección sur-suroeste por aproximadamente 25 km, trayecto en el que recibe las aguas de río Tigre y el río Frío, para finalmente unirse al río Puelo y desembocar en el Estuario o Fiordo de Reloncaví. El régimen hidrológico del río Manso es marcadamente pluvial, con caudales máximos en invierno y mínimos al término del verano.
Una de las características más notable de la cuenca del Río Manso es su conexión por el este con Argentina, lo que ha permitido establecer vínculos culturales estrechos entre los ámbitos del bosque templado y las pampas. En la cuenca del río Puelo existe evidencia de ocupación humana de los 9.900 años A.P., cuando bandas de cazadores recolectores transitaron en esta zona de transición entre el bosque y la estepa. En el sector chileno de la cuenca existen evidencias de pictografías o pinturas rupestres de hace 1300-700 años AP que junto a líticos y cerámicas dan cuenta de la ocupación temprana de este territorio fronterizo. Durante los siglos XIX y XX los viajes de exploración y de delimitación fronteriza fueron los que primero describieron el área del río Manso y sus principales afluentes. Recién con la llegada de los primeros colonos se fue determinando el carácter del asentamiento humano que se puede observar hoy, caracterizado por el desarrollo de una ganadería de baja escala y formas de vida autosuficientes en sectores aislados. La realidad de los habitantes de la cuenca del río Manso en este sentido no es diferente a la de los del Valle del Puelo.